Una premisa fundamental del cine de aventuras, acción y por extensión superhéroes, es que los protagonistas deben contar con un tema musical claramente reconocible, pegadizo, vivaz e inspirador que perdure en el tiempo sin importar cuantas veces se reencarne el héroe. El cumplimiento de esta premisa es lo que ha convertido en inconfundible o cuanto menos familiar la música de John Williams para Superman e Indiana Jones, el Rambo de Goldsmith o el sonido que creó John Barry para el agente 007, y sin duda ha contribuido a inmortalizarlos. Por el contrario, hoy día cuesta identificar un patrón que asociar a un personaje entre la amalgama de golpes, sonidos electrónicos y frenetismo sin sentido que se asocia con el cine de acción. El cine de superhéroes es aún más deudor de un buen leitmotiv que el resto de géneros y pocos son lo que consiguen un tema de calidad que les preceda. Alan Silvestri hizo un gran esfuerzo en The Avengers para lograr que la masiva presencia de personajes se sintiera en una partitura de gran intensidad y momentos muy acertados que se concentraban en un Assemble destinado a ser la seña de identidad de la franquicia. Con este precedente, lo deseable hubiera sido la continuidad de Silvestri en la saga, pero el empuje de otros compañeros de profesión y quizá, la visión de futuro de Marvel, no encajaba con ese plan. Los designados para sustituirle, cual Petit Suisse de Danone: Brian Tyler y Danny Elfman. En un reparto premeditado, Tyler asumiendo bastante más protagonismo, se hace cargo de los temas nuevos, las escenas más intensas (Rise together / The Battle) y aquellas en las que la acción corre a cargo de personajes que ya han bailado en solitario al son de su batuta (Hulkbuster), mientras que en Elfman recaen los temas más sensibles y de transición (Farmhouse), así como lidiar con las adaptaciones del material de Silvestri (Heroes, Avengers Unite), a excepción de Outlook, en el que Tyler enlaza, prácticamente sin cambiar una nota, con el magnífico Hellicarrier que tan bien sonó por primera vez en Los Vengadores. Algo más de la mitad de la banda sonora, aquella a cargo de Brian Tyler, deja un regusto a decepción que no se disipa en sucesivas audiciones no por ineficaz pero sí por poco arriesgado, siendo un reguero de temas incidentales que no aportan nada especial. Teniendo tan buen material de su propia pluma con el que plasmar las apariciones de Iron Man y Thor, no termina de sacarle partido, y se queda en pequeños guiños que saben a poco. Es comprensible que el resto de personajes, que no terminan de asociarse con un compositor ni estilo musical (Capitán América, Hulk…), no pongan tan fácil el trabajo, pero precisamente es en este momento cuando Tyler debería dar un paso al frente y reclamar para sí lo que muchos pensábamos que podría ser la asociación perfecta. De momento nos quedamos con las ganas. Danny Elfman por su parte hace un buen trabajo de reciclaje añadiendo viveza a algunos de los cortes provenientes del anterior film y fusionándolos con acordes de cosecha propia, pero lamentablemente se estrella en varias de las destinadas a ser piezas clave del score: las dedicadas al némesis de Los Vengadores. Tanto en Ultron-Twins como en Ultron Wakes los cortes adolecen de falta de fuerza y se quedan a medio camino de transmitir el miedo o la tenebrosidad que demanda un peso pesado del universo marvelita como Ultrón. Se nos ocurre, por poner de relieve las carencias de Elfman en este aspecto, la magnífica obra que podría haber parido Christopher Young con semejante personaje en sus manos, como ya hizo con Birth of Sandman en Spider-Man 3 (curiosamente, relevando a Elfman). En resumen, podemos decir que aquello que parecía ser una ventaja de partida, se convierte en una pesada carga a la que ni Tyler ni Elfman son capaces de sobreponerse. Por un lado, hastiados por la excesiva rotación con la que Marvel Studios trata la música de sus films, se agradece el respeto por el trabajo de Alan Silvestri. Por otro lado, con el talento puesto en juego con dos compositores como el experimentado Elfman y un Brian Tyler en alza gracias a un 2014 soberbio con trabajos como Thor: The Dark World, Iron Man 3 o Teenage Mutant Ninja Turtles, se podría esperar una banda sonora con más implicación pues, aparte de brevísimas inclusiones de acordes que compuso el propio Tyler para las mencionadas películas, el resto del trabajo resulta completamente impersonal. Suponemos que la participación de Elfman responde a la intención de contar con él de nuevo para acompasar las aventuras del hombre arácnido en el enésimo reboot del personaje tras confirmarse su aparición en Captain America: Civil War, porque su presencia en este score no se justifica del todo por su trabajo. Lo mejor: el continuismo. Lo peor: que solo destaque verdaderamente un compositor cuyo nombre no consta en la portada.

J.J.L.S.